La ampliación del Edge Computing y el aumento de la dependencia en los proveedores de colocation y servicios en la nube determinarán los cambios que veremos el próximo año.
Desde el cambio de la arquitectura física de los centros de datos (ya sean de alta densidad o híbridos) hasta el cambio de la consideración que tiene el mundo de la propiedad de los datos, el año 2018 marcará el comienzo de algunos cambios significativos en el sector de los centros de datos. Esto es lo que esperamos ver en los próximos 12 meses:
1. Aparición del centro de datos de cuarta generación: Del mismo modo que el iPhone impulsó la nube, la próxima generación de tecnología hará que los centros de datos tengan que ajustarse una vez más. La informática distribuida, la creciente dependencia del Edge Computing y los datos en tiempo real exigen la aparición de un centro de datos que sea capaz de integrar de forma exhaustiva capacidades tanto de extremo como de núcleo. Pásese a la cuarta generación. El centro de datos de la próxima generación ofrecerá capacidad en módulos escalables y aprovechará al mismo tiempo las soluciones de Thermal Management, los sistemas de alimentación de alta densidad, las baterías de ión-litio y las unidades avanzadas distribución de la alimentación para permitir un funcionamiento óptimo desde el edge hasta el core. Los centros de datos de cuarta generación aunarán todos esos elementos junto con sofisticadas tecnologías de gestión y supervisión para operar los nodos de TI de forma coordinada. Esto reducirá la complejidad, los costes previos y la latencia y aumentará las tasas de utilización.
2. Los proveedores de servicios en la nube se pasan al colocation: Cada vez más organizaciones se encaminan a la nube y, con esa adopción, surge la necesidad de una mayor capacidad del centro de datos. Aunque algunos proveedores de servicios en la nube recorrerán este nuevo camino por sí solos, muchos otros, ya sea por propia elección o por necesidad, buscarán la ayuda de partners de colocation. Y los proveedores de colocation ya se están preparando para satisfacer esa demanda, designando un espacio específico para servicios en la nube en los centros de datos existentes y ofreciendo instalaciones específicamente diseñadas.
3. Reconfiguración de la clase media del centro de datos: La ampliación de los recursos de colocation y servicios en la nube cambia notablemente el panorama de los centros de datos tradicionales. Conforme las empresas dependan cada vez más del colocation y los servicios en la nube, surgirán instalaciones corporativas más pequeñas, con mayor eficiencia, seguridad, disponibilidad y escalabilidad. Incluso donde la adopción del colocation y los servicios en la nube sea más lenta, aparecerán arquitecturas de nube híbrida que combinen recursos de TI más seguros con una nube privada o pública, reduciendo así los costes y minimizando el riesgo.
4. La alta densidad llega (por fin): La creciente adopción de sistemas informáticos de hiperconvergencia y el mayor potencial de ingresos por rack de los proveedores de servicios en la nube son solo dos de los motivos por los que los racks de alta densidad son cada vez más populares. Lo normal ya es la capacidad de 10 kW, y empezamos a ver despliegues de 15 kW en instalaciones de hiperescala, con tendencia a alcanzar los 25 kW. Aunque esta progresión pueda ser lenta, debido principalmente a consideraciones del factor de forma, la demanda simultánea de alimentación y espacio seguirá siendo la tendencia en 2018 y los años siguientes.
5. El mundo reacciona hacia el Edge: La evolución del Edge Computing plantea nuevas dudas, especialmente cuando se trata de redes situadas en diferentes ciudades, estados y países. ¿A quién pertenecen los datos alojados en los recursos del Edge Computing? ¿Cómo garantizamos la protección de los datos? Estas preguntas no son exclusivas del sector y los expertos; empresas, gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo estarán obligados a planteárselas y actuar en consecuencia.
